Capítulo I: El vacío de la nada.

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Últimamente me viene pasando que me despierto a mitad de la madrugada a pensar... Supongo yo, que es porque a esa hora nadie podrá oír mis pensamientos que se alzan en voz alta entre tanto silencio. Pienso en gente, sí, en gente que pasó por mi vida y que de una forma u otra dejó algún trazo sobre este lienzo que hace años se dejó dibujar más.
Me genera una extraña y dura sensación de vacío el recordarles... Como una breve estrella fugaz puede dejar tan velado este corazón de plata. Algunas noches solo miro sus fotos o visualizo algún momento vivido, no sé exactamente con que fin, no quise analizarlo en mayor profundidad para no desbordarme en llanto. Siempre me gustó sentir el cariño bien cerca pero mi tiempo de olvido es muy lento y doloroso... Quizás para una persona promedio, un mes con una persona es efímero... Para mi también lo es pero ese mes se convierte en meses de lucha conmigo mismo para poder superar esa perdida. Y todo vuelve al inicio, a mi soledad y al vacío, todos se convierten en vacío dentro de mi.
Me gustaría alegrarme por haber conocido a alguien y que con el pasar del tiempo ese recuerdo acaricie cálidamente mi pelo. Pero no me ha pasado, solo hielo que quema y corta mi interior. He intentado ser más frío, más desinteresado y solo conseguí vacío... Vacío que se comía mi luz, vacío que tragaba lo bueno que podía ofrecer. Me gustaría saber si alguna de esas personas que pasaron por mi camino en algún punto de mi trayectoria tienen algún vago recuerdo de mi o si ya olvidaron todo.